Habitar ambientes ordenados impacta positivamente en nuestras vidas. Para superar la fiaca que puede generar el proceso de ordenar, te comparto cinco sencillos pasos para optimizar tus espacios.
#orden #recomendaciones #virgo #cuarentena #información
Por @Flo Straso
Escribo este artículo como usuaria y fan del orden. También como virginiana que encuentra -en la acción de acomodar- una dosis de goce y de entretenimiento (contrataciones al MP, ja já). No comunico desde un lugar de experta, sino desde la practicidad; convencida de que encarar el orden de nuestros objetos impacta positivamente en el cotidiano.
Conozco a mucha gente que reniega del desorden y cree que es una misión casi imposible lograr un estadío óptimo de sus cosas: “No es para mí; no voy a lograrlo; ¿cómo haces?”. Este artículo es para ustedes, para disolver la fiaca y encarar -en pocos pasos- la optimización de ciertos espacios, principalmente el ropero y el dormitorio.
Estos consejos son universales y a la vez subjetivos; cada cual tomará lo que le sirva y lo adaptará a su entorno. Ponele play a estos cinco pasos:
1. Decidite. El primer paso es tomar la decisión y hacerlo. Just do it. Pensar en qué espacio de la casa quiero ordenar primero. Yo optaría por el placard, la mesita de luz o la estantería. Luego, armarme un cronograma mental (mentalizarme) de que a lo largo de la semana o el mes voy a optimizar ese espacio. Es clave encararlo cuando esté con actitud desapegada… esos días en que quiero perder carga, sentirme más liviano y ser mi versión actual. Si la vida entrara en una mochila, ¿querría que fuese pesada o liviana?.
2. De a partes pero a fondo. Ya tomada la decisión, empiezo el proceso de a partes; no todo de un tirón porque probablemente abandone a mitad de camino y no es la idea. Debo encarar un sector puntual (por ejemplo, los cajones o una puerta del armario) y darle con toda: sacar todo lo que hay y ponerlo sobre la cama, ordenarlo y luego, repetir el procedimiento con otra área. De a partes, abarco la totalidad sin estrés.
3. Tocar y preguntar. Una vez que todos los elementos esten sobre la cama, agarrá uno por uno. Los observo y analizo… me vinculo emocionalmente con ellos. Me pregunto: ¿me sirve en el presente, me veo con él en el futuro, me representa o ya fue? Si la respuesta es sí, lo dejo; si es no, le dijo “chau, gracias” y lo aparto. Esto responde a la metodología Marie Kondo que hablaremos más adelante. Es clave sacar todo de su lugar de origen y preguntarse/responderse (sinceramente) si los objetos nos sirven o no y estar dispuesto a apartarlos, regalarlos, donarlos. De lo contrario, ordenar será una pantomima y no gozaremos de ese lugar en blanco que representa el futuro.
4. Divide y triunfarás. A esta altura ya tengo mi selección. Ahora, hay que ordenarla de forma útil y funcional. Esto implica disponer de la ropa o los elementos según el uso: lo deportivo, lo de salir, lo de todos los días, lo de entrecasa, y así. Que cada objeto tenga su lugar de acuerdo al uso que le damos: lo más cotidiano, al frente; lo excepcional al fondo. ¿Por qué todas las mangas cortas juntas si no tienen el mismo uso?
Luego, puedo utilizar divisorios (plásticos o de cartón) en los mismos cajones o estantes para que cada cosa tenga su espacio. Es clave saber qué tengo y dónde está cada cosa para acceder sin tener que revolver y desordenar, generando ubicaciones inter-independientes. Cuando tenemos la ropa interior o las remeras todas juntas y apiladas, sacamos una y se desacomodan todas... Eso ya fue, es obsoleto.
5. Ordenar en tiempo real. Una vez que tenga sólo lo que uso, ordenado de forma tal que sepa dónde está cada cosa, sólo queda el mantenimiento. Consiste en dejar, tras su uso, cada cosa en su sitio. Si se acumulan cosas, me tomo unos minutos y las ubico en su lugar. Fin de la magia.
Konmari modo on
Marie Kondo es una japonesa oriunda de Tokio que con sólo 35 años se hizo conocida en todo el mundo por crear un estilo de vida basado en el orden: “Mi misión es llevarle felicidad al mundo a través del orden”, dice. No cabe duda que se convirtió en un fenómeno desde que creó su método Konmari que consiste en encarar todos los espacios y elementos de tu casa, agrupados en cinco categorías. Ella asegura que su sistema es infalible y los resultados sorprendentes; satisfacción garantizada.
Las categorías son:
1. Ropa. Deberás ubicar todas tus prendas sobre la cama y preguntarte, una a una, si las vas a usar. Una vez hecha la selección, procederás a doblarlas en rollitos con el método Konmari (Ver en anexos).
2. Libros. Ubicalos todos juntos y agarra, uno por uno, conservando aquellos que te constituyen y quieres. Los que ya fueron, donalos a tu biblioteca más cercana. Tendencias actuales aconsejan ordenar los libros por color.
3. Papeles y documentos. Reúne todos y clasificalos por uso e importancia. Aprovecha sobres, carpetas, folios y estuches para clasificarlos de acuerdo a su uso y utilidad.
4. Cocina y baño. En esta cuarta categoría se explota al máximo el mantra “divide y triunfaras”, ya que los divisorios permiten ver todos los elementos y utilizarlos sin desacomodar el resto.
5. Objetos de valor sentimental. A esta altura del proceso, se supone que ya estas canchero en apartar lo que no te representa (en tu presente), ni visualizas (en tu futuro). Oportunidad ideal para despedir cartas, tarjetas y papeles del pasado.
Si bien el salto lo realizó con su libro La magia del orden (2011) la popular ordenadora comparte su material en internet, con numerosos tutoriales y hasta una serie en Netflix (que, lamentablemente, no está tan buena). Reflexiona que en Oriente el orden es parte de la vida y de las currículas. Como en Occidente somos más acumuladores, esta historia nos deleitó y comenzamos a tomar nota.

No afirmo ni niego que Marie Kondo transformó el mundo al viralizar el tema del orden. Estar-vivir y habitar un lugar limpio y ordenado eleva nuestra calidad de vida. Tener conciencia de los elementos con los que convivimos, saber dónde se aloja cada uno y conservar espacios en blanco, son detalles importantes.
Crear espacios funcionales es tener cosas que cumplen funciones eminentemente prácticas, útiles. Combinar la funcionalidad con la comodidad nos puede ahorrar tiempo y malestares. Conservando lo útil y lo funcional, te ahorras muchísimo tiempo, porque imaginate que tengas sólo la ropa que sabes te sienta bien, va a ser mucho más simple vestirte, por ejemplo.
Espero que este artículo haya sido de tu agrado y que pongas manos a la obra. Si no sabes qué ponerte, ponete a ordenar.
ANEXO
Marie Kondo es una japonesa oriunda de Tokio que con sólo 35 años se hizo conocida en todo el mundo por crear un estilo de vida basado en el orden: “Mi misión es llevarle felicidad al mundo a través del orden”, dice. No cabe duda que se convirtió en un fenómeno desde que creó su método Konmari que consiste en encarar todos los espacios y elementos de tu casa, agrupados en cinco categorías. Ella asegura que su sistema es infalible y los resultados sorprendentes; satisfacción garantizada.
Las categorías son:
1. Ropa. Deberás ubicar todas tus prendas sobre la cama y preguntarte, una a una, si las vas a usar. Una vez hecha la selección, procederás a doblarlas en rollitos con el método Konmari (Ver en anexos).
2. Libros. Ubicalos todos juntos y agarra, uno por uno, conservando aquellos que te constituyen y quieres. Los que ya fueron, donalos a tu biblioteca más cercana. Tendencias actuales aconsejan ordenar los libros por color.
3. Papeles y documentos. Reúne todos y clasificalos por uso e importancia. Aprovecha sobres, carpetas, folios y estuches para clasificarlos de acuerdo a su uso y utilidad.
4. Cocina y baño. En esta cuarta categoría se explota al máximo el mantra “divide y triunfaras”, ya que los divisorios permiten ver todos los elementos y utilizarlos sin desacomodar el resto.
5. Objetos de valor sentimental. A esta altura del proceso, se supone que ya estas canchero en apartar lo que no te representa (en tu presente), ni visualizas (en tu futuro). Oportunidad ideal para despedir cartas, tarjetas y papeles del pasado.
Si bien el salto lo realizó con su libro La magia del orden (2011) la popular ordenadora comparte su material en internet, con numerosos tutoriales y hasta una serie en Netflix (que, lamentablemente, no está tan buena). Reflexiona que en Oriente el orden es parte de la vida y de las currículas. Como en Occidente somos más acumuladores, esta historia nos deleitó y comenzamos a tomar nota.
No afirmo ni niego que Marie Kondo transformó el mundo al viralizar el tema del orden. Estar-vivir y habitar un lugar limpio y ordenado eleva nuestra calidad de vida. Tener conciencia de los elementos con los que convivimos, saber dónde se aloja cada uno y conservar espacios en blanco, son detalles importantes.
Crear espacios funcionales es tener cosas que cumplen funciones eminentemente prácticas, útiles. Combinar la funcionalidad con la comodidad nos puede ahorrar tiempo y malestares. Conservando lo útil y lo funcional, te ahorras muchísimo tiempo, porque imaginate que tengas sólo la ropa que sabes te sienta bien, va a ser mucho más simple vestirte, por ejemplo.
Espero que este artículo haya sido de tu agrado y que pongas manos a la obra. Si no sabes qué ponerte, ponete a ordenar.
ANEXO
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