El 17 de noviembre del 2019, bajo temporada de Escorpio, nació en China el Covid y fue avanzando como avanza el rocío en una noche húmeda. Nadie entendía nada… un virus? de un murciélago? una gripe? Siguió avanzando, parecía seria la cosa, así que fuimo’ a googlear: sigo sin entender. Kaos lejano que se acerca cada vez más… Imágenes apocalípticas en la tele y en las redes. Hasta mil muertos en un día, y un presidente que en modo urgente anuncia: quédense en sus casas.
Por @Flo Straso
Un día como hoy, del 2020, se declaró en argentina el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio... Una medida de urgencia y prevención para que el virus no circule. Pero éramos unos pimpollos, no teníamos idea de lo que nos esperaba. Y acá estamos, un año después.
Mientras tanto en esta parte del mundo, verano. Me acuerdo que mi amiga Laura estaba de vacaciones con su familia en Brasil... Cuenta que sus xadres estaban en la playa cuando la llamaron desde la agencia al hospedaje diciendo “vuelvan ya”. Cómo nos reímos cuando recordamos la anécdota… el contraste de los cuerpos de vacas en la playa con el caos que comenzaba en los aeropuertos.
¿Podemos hablar del estrés que particularmente atravesaron quienes trabajaban en agencias de viaje y aeropuertos? Teniendo que dar la cara y poner el cuerpo en manso contexto de incertidumbre: ¡Te la debo!
Y los barbijos… nos reíamos de ellos. ¿Vos también te acordas de la primera vez que saliste a la calle con uno puesto? ¡Yo sí! Qué vergüenza, qué incómodo, qué húmedo. Y hoy, un año más tarde, son parte de nuestros outfit, sí.
Nos dimos cuenta que no somos bebedores sociales. Se develó que no necesitamos ver gente para honrar nuestra cultura alcohólica. Quedó en evidencia las primeras semanas de Aislamiento Social y Preventivo Obligatorio (ASPO)… La alacena, atacada; los vinos, destapados… Nos creíamos que estábamos de vacaciones.
Pasamos una bocha de días encerrados, sin ver a nadie, ni a seres queridos que viven cerca, yendo sólo al súper de forma muy organizada (cosa de salir sólo lo justo y necesario). Ahí nos dimos cuenta que no había debastecimiento de mercadería como se paranoiqueaba el primer día.
Nos cuidabamos nivel dios. … Creo que exageramos un poco antes y nos relajamos mucho ahora. El virus no estaba ni en la provincia, pero limpiábamos los picaportes y grifos con alcohol, los pisos con lavandina; nos sacábamos los zapatos al entrar a casa e incluso llegamos a hacer cambios de ropa. Ni hablar de la desinfección de frutas, verduras y productos del super (hábito que estuvo bueno incorporar, aunque tiempo después confirmaron que el virus no se transmite por esos alimentos).
Se murieron un montón de famosos… Maradona, Quino, Armando Manzanero, Carlin Calvo, Sergio Denis, Sabella, Pino Solanas, Hugo Arana, Silvia Legrand (la gemela de Mirta), el actor Gustavo Guillén, Luis Eduardo Aute, Tabaré Vázquez, entre otros...
Y acá estamos, un año después…
- Envejecimos mucho y de repente.
- Empobrecimos considerablemente.
- Aprendimos a lavarnos las manos.
- Los de 30 no estamos invitados a fiestas clandestinas.
- La salud mental se develó como tema serio.
Mi experiencia con COVID 19:
Te agarra si tenes las defensas bajas, así que hay que procurar mantenerse fuerte (tanto física como psíquicamente)
El reposo obligatorio no se convierte en ocio (no se tiene energía para “hacer cosas pendientes”)-
Aunque se pierde el gusto, no se pierde el hambre (de hecho se intensifica… ¡por el aburrimiento?)
La pérdida del olfato es increíble y absoluta, pero te das cuenta que es el sentido menos esencial (en mi opinión).
Hay que tener especial cuidado al reír o llorar (en pleno auge de síntomas) porque se te tapan con extrema facilidad las vías respiratorias.
Otras recomendaciones si te relacionas con personas con covid:
Las visitas a través de la ventana.
Las viandas listas para ser comidas.
Alguna golosina para cortar la amargura.
Las videollamadas en el momento perfecto.
La compañía permanente de seres vivos como gatos, perritos y plantas.
La astrología lo predijo, algo groso iba a pasar, nunca nos imaginamos esto. Los paradigmas están cambiando y ni si quiera podemos ser contemporáneos a nuestro tiempo. Esto va para rato... Nos cuidemos.
¡Feliz primer aniversario!
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